Biografía

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Español

Mi afición por la música comenzó a los 12 años cuando cotilleando en el mueble de mis padres encontré una cinta grabada donde aparecía escrito «Locos por la tele». Al escuchar temas como Surfing USA, Sitting in the dock of the Bay, Should I stay or should i go, The Joker, I’m Sorry o Perfect, supe que la música sería el amor de mi vida. Desde entonces cuando me quedaba sola en casa me ponía la cinta y disfrutaba de esas joyas mientras miraba solitaria por la ventana.

Aunque a los 9 años tocaba un poco de oído una armónica del bazar que me regalaron mis padres, no fue hasta los 15 años, cuando en noviembre del 2000 vi en la tele anunciado el disco One, un recopilatorio de Los Singles de Los Beatles. Este suceso confirmó mi amor por la música.

Hasta entonces mi gran afición era el dibujo (dibujaba tan mal, que por cabezonería me dedique durante un año varias horas al día dibujando hasta que me empezaron a salir buenos dibujos). Como siempre me gustó el fútbol, intente entrar en un equipo de fútbol de chicas que había en el colegio donde el bulling me jodió la existencia. Pero admití a tiempo y con valentía que era malísima en fútbol, y cambié el fútbol por la música. Sabia decisión.

Hasta que mis padres me regalaron una guitarra clásica por el día de reyes, me hice un mástil con rotulador y unos cartones donde practicaba las posiciones de los acordes. Más tarde hice lo mismo con el teclado. (Así de friki era).

Con lo poco que me habían enseñado en el colegio sobre solfeo y lo que encontré por internet aprendí los acordes básicos de guitarra y algo de guitarra clásica mediante solfeo y cifrado. Mis padres, al ver que se me daba bien y me lo tomaba en serio. Me apuntaron a una escuela privada. En tres meses pasé de estar en primero de elemental a estar en el cuarto curso de elemental.

Pero me quedaron dos asignaturas que luego me terminaría sacando, mi padre se cabreó y para darme un escarmiento me sacó de la escuela. Luego se arrepintió, pero yo ya prefería cambiar a la batería. Instrumento que descubrí en las clases de música a los 18 años. (Sí me saqué la ESO a los 18, no me gustaba estudiar).

Así que me apuntaron a una escuela municipal donde el profe me dejaba sola en clase con las fotocopias y con el pretexto de que se iba a comprar un fármaco, se pasaba la tarde de cafés con otros tíos mientras yo tenía que aprender por mi cuenta. Otra vez.

La cosa es que el bulling me hizo cogerle asco a la enseñanza presencial, y gracias a eso desarrollé el donde de la autoenseñanza. Me las apañaba para aprender sola y encontrar buena información. Así aprendí no solo música, sino a manejarme también con el photoshop, diseño gráfico, marketing digital, diseño web y varios idiomas. Hasta el bachiller a distancia de humanidades me saqué.

De modo que a los 19 me meto en un grupo de música. El típico que pretende ser original llamándose Nowhere Band y cuyos miembros a parte de no tomarse la música muy en serio y meter al primero que encontraban (por eso entre yo, ja ja) hacían versiones de los 60 y 70. Había un heavy que le gustaba Saratoga y Sabina (imaginaos la combinación) que no paraba de contradecirme en todo y quejarse porque su guitarra rítmica no sonaba por encima de todo el grupo. Por esa época mis padres se mudan a un chalet de un pueblo cutre en Toledo y para tenerme contenta me regalan una batería Mapex rojo vino que tuve que terminar vendiendo porque me lesioné tocando la batería y la tuve que dejar de tocara.

Así que la tendinitis, vivir lejos de Madrid y el pasotismo de esta gente me cansaron, así que dejé el grupo y decidí que no quería más grupos.

Aislada del mundo, en un pueblo cutre lleno de garrulos y alejado de la mano de Dios, sin amigos ni nada que hacer, me deprimí y me dio por cantar. Algo que nunca me atreví ni me llamaba la atención. Yo prefería ser batería. Una chica batería llamaba más la atención que una cantante o guitarra. Y la bajista casi que era invisible. Ser batería era lo mejor. Pero ya no podía. Así que no me quedó otra que cantar. Me daba tanta vergüenza que tuve que me inventé una terapia. Al principio cantaba a solas y muy bajo porque hasta vergüenza me daba de oírme a solas. Empecé con versiones de Elliot Smith (ideales para suicidarse, de hecho se suicidó. Lo primero lo dije en broma) y de Roberto Carlos, hasta el punto de que mi madre me llamaba Robertinha, por tener el pelo rizado como él, nacer con dos días de diferencia e imitar bastante bien el acento brasileño.

Luego fui subiendo el nivel y acudí a jams y karaokes mientras me fui 5 años a vivir a Toledo capital (ahí mi vida consistía en ir a conciertos, jams, karaokes, conocer gente rara como las de las novelas de Jack Kerouac) y sobrevivir con los ingresos de mi web.

Hasta que mi amigo dejó el piso porque el subieron el alquiler y de vuelta al pueblo cutre decidí hacer mi propia música.

Durante mi veintena me adentré profundamente en la música brasileña, francesa e italiana de los 50, 60 y 70. Como tenía voz ideal para la bossa nova me inspiré en Joao Gilberto, Nara Leao, Carlos Lira, Gal Costa en sus primeros discos o Caetano Veloso y aprendí mucho sobre música brasileña (podéis comprobarlo en mi blog). También me puse a fondo con la música italiana (sobre todo la época sesentera y el beat italiano).

Así que decidí hacer cover de música italiana y subirlos a Spotify, con tan buena suerte, que al subirlas a una playlist de música italiana que se había posicionado bien, consigo escuchas todos los meses.

Pero los covers no dan mucho dinero y me propuse hacer canciones propias. Aunque componer no es lo mçio saqué algunas composiciones bastante escuchables inspiradas en el estilo de las baladas pop en español de principios de los 80 como Emmanuel o Jeanette y otras basadas en la bossa nova y el beat italiano.

Así que creé esta web me leí todo lo que pillé sobre marketing musical, producción musical, aprendí lo mínimo sobre los principales instrumentos pop (guitarras, bajos, baterías, teclados…) para poder producirme yo y no depender de nadie, y en el poco tiempo libre que tengo me dedico a promocionar mis canciones y covers.

Se me olvidaba, también aprendí poco el bajo y el piano (por si era poco 🙂 ).

(Seguirá)

Italiano

Sono nata il 17 aprile 1986 a Madrid. Sono cresciuta a Fuenlabrada dove ho vissuto fino all’età di vent’anni. Sono andata alla scuola pubblica Francisco de Quevedo (la stessa che ha frequentato il famoso giocatore di calcio Fernando Torres) un fatto poco importante, ma curioso.

Sebbene il mio hobby a quel tempo fosse il calcio, quando avevo 15 anni ho scoperto che la mia passione era la musica grazie ai Beatles, che mi hanno incoraggiato a suonare la chitarra (il calcio è stato fatale per me). Così ho imparato la chitarra, la teoria musicale e la cifratura da autodidatta.

All’età di 18 anni ho iniziato ad interessarmi alla batteria. Come sempre, imparo a suonare la batteria da sola, questa volta ascoltando canzoni pop, rock e soul che mi piacevano degli anni ’50 e ’60.

L’anno successivo mi uno a un gruppo di Madrid che faceva versioni del pop rock anglosassone degli anni ’60 e ’70 chiamato Nowhere Band (che nome originale per un gruppo di cover dei Beatles!)

Stanca di non essere preso sul serio e vedendo che non abbiamo gli stessi obiettivi, uniti alla tendinite e al cambio di casa in un paese di Toledo da parte dei miei genitori, decido di lasciare il gruppo. Da allora non farei più gruppi.

Ho lasciato la musica per alcuni anni durante i quali ho deciso di riprendere gli studi (a causa del bullismo ho preso un tale disprezzo per i centri di insegnamento faccia a faccia che non volevo più studiare in un modo tradizionale) così ho studiato il Liceo di Lettere a distanza, che dopo pochi anni ho dovuto lasciare in assenza di cinque sudditi e finalmente finisco anni dopo quando abito per cinque anni nella capitale Toledo con un amico.

Grazie alLliceo ho scoperto il mio amore nascosto per le lingue stranieri, un hobby che aggiunto al mio amore per la musica italiana, brasiliana e francese degli anni ’50 e ’60 che ho scoperto anche in quel periodo, mi fa dedicare a diffondere queste piccole gemme musicali le persone si diffondono quando si tratta di musica degli anni ’50 e ’60.