La música italiana de los años 60.

moto vespa italiana años 60

A pesar de la imagen que se quiso dar en los medios de comunicación oficiales, los 60 no fueron una época nada homogénea musicalmente. Si los primeros años 60 estuvieron protagonizados por el rock and roll italiano de Celentano, Jannacci, Gaber, Peppino DiCapri y la llegada de los primeros rockeros americanos como Chubby checker, Paul Anka, Neil Sedaka, pronto la canción juvenil y de autor se abre camino.

Ya en la primera mitad del decenio se producen dos hechos importantes. Por un lado emerge la figura del ídolo juvenil o teen-idol y por otro, la expansión del mercado discográfico.

Al mismo tiempo comienza a emerger un pequeño movimiento, que mezcla la música y cultura juvenil, el beat, que durante algunos años empujará al gran público juvenil hacia el nuevo rock, sobretodo británico.

En los años sesenta, aunque dominados por la canción de autor, permanecerán las imágenes y motivos ligeros típicos de la era del boom económico. No obstante en este periodo madura definitivamente la canción de autor, en la que la melodía se hace breve, la armonía sutil y refinada, mientras las letras pierden su valor descriptivo en beneficio del lenguaje poético.

La canción considerada de autor, subraya el doble papel de los cantantes que componían sus propias canciones. El resto del panorama musical propone una gran variedad de cantantes y personajes de diferentes estilos: desde nuevas melodías a nuevos urlatori, de los cabareteros a las nuevas divas hasta el más diferente de todos, Lucio Battisti, que surgirá sin embargo al final de los años 60 con una obra de un estilo único y personal sin desmerecer lo fabulosos que fueron los años 60.

El boom del mercado discográfico y el fenómeno del teen-idol

Después de la introducción del single a finales de los años 50, lo que lo convierte en un soporte más manejable e inmediato para los consumidores, en Italia también se asiste al grande impulso de las ventas discográficas: de venderse cerca de 18 millones en 1959 pasan a venderse más de 44 millones en 1969. En 10 años se triplicaron las ventas y los éxitos se miden en millones de copias.

La explosión del consumo musical se hace posible gracias a la figura de los cazatalentos de las discográficas, empeñados en descubrir nuevos talentos. Comienza a emerger una nueva clase de profesionales del marketing musical hasta aquel momento inexistente en Italia.

Estos dirigentes discográficos, comienzan a pensar verdaderas estrategias de lanzamiento, por ejemplo, para el single diseñan cubiertas para despertar la pasión del fan y convertirlos en objetos de colección. Lo mismo ocurre con el long play de 33 giros, que se presentan en las formas más extrañas, finalmente con las letras de las canciones y objetos-gadget que acompañan a la confección del disco.

Las canciones terminan por identificarse con el objeto-disco de la misma forma en la que en los años cuarenta se identificaban con la radio. La industria y el sistema de comunicación de masas sienten la urgencia de abrir espacios que respondan a la creciente demanda de noticias y consumo de canciones por parte del público bien soportadas por las discográficas, ya conscientes de que estos espacios serán ideales ocasiones para promocionar a sus artistas.

Un año antes que Volare hiciera explotar el mercado, la RAI, lanza Canzonissima, una de sus transmisiones televisivas más vistas. Existía la urgencia de organizar un programa para igualar la lotería de año nuevo. Además, la RAI había abandonado en aquel periodo la organización del Festival de San Remo, que pasa temporalmente a la ATTA. Sabiendo que la música era muy querida por los italianos, decidió lanzarse un programa que combinaba una mezcla de espectáculo, ballet y sobre todo canciones. Consiguiendo reunir a las familias frente a la TV.

Canzonissima sigue hasta 1975, fecha de su última edición antes de que se transforme en Fantastico y el rol de la canción se esfume definitivamente, pero en el curso de los años siempre logró un éxito enorme convirtiéndose en la transmisión televisiva de hora punta de la RAI.

La edición de 1959-1960 contribuyó al lanzamiento definitivo poniendo en marcha el top del espectáculo ligero, por los curadores Garinei & Giovannini a la dirección de Antonello Falqui, coreografías de Don Lurio al trío de los chispeantes presentadores Delia Scala, Nino Manfredi y Paolo Panelli. Cambiando de nombre con el curso de los años (Gran Premio 1963, Napoli contro tutti 1964, La prova del nove 1965, Scala reale 1966, Partitissima 1967) el programa mantiene al centro de atención la canción melódica, la más amada por los italianos. No por casualidad los vencedores de las primeras ediciones son mayormente las canciones del Festival de San Remo. Después se establecen en esta platea televisiva sobre todo los intérpretes de la canción italiana tradicional: Claudio Villa, Gianni Morandi, Massimo Ranieri. Más allá del éxito de Canzonissima, la RAI de los años 1950-1960 confía en los programas que ponen a la canción en el centro del escenario. Settenote, Bunovacanze, Giardino d’inverno, Studio Uno.

Al mismo tiempo en 1959, también la industria discográfica, copiando a América lanza el informe de los discos más vendidos, las famosas clasificaciones de ventas que pronto adquieren el nombre de hit-parade. Estas listas por una parte muestran a los expertos las canciones que mejor funcionan y por otro se convierten en una batalla por la conquista del número uno en las listas.

Las ventas del 45 giros, se puede incluso afirmar que la filosofía del hit-parade está ligada estrechamente con el lanzamiento del single más fácil de manejar y consumir. En 1959, todas las publicaciones musicales y diarios empiezan a introducir las clasificaciones de ventas del single – desde 1971 también de los 33 rpm, después sustituido por el CD. Desde el viernes 6 de enero de 1967 la RAI hace su propia clasificación de ventas a partir de 1967, la Vetrina di hit parade, presentada por Lelio Luttazzi con textos de Sergio Valentini. Es un programa muy popular porque atraía a los verdaderos melómanos italianos.

Para todos los profesionales del sector musical, el hit-parade es más que nada un lugar para el espíritu. No por casualidad después de 40 años sigue ahí, aunque se haya modificado su estructura.

Llegan los Festivales musicales italianos

Durante los años 60 aparecen numerosos festivales musicales en Italia para satisfacer tanto la demanda del público como para hacer promoción musical. Así nacen Disco per l’estate, Il Cantagiro, Il Festivalbar.

No es extraño que al primero de estos – excepto Sanremo – esté ligado a una histórica transmisión musical de la televisión, Il Musichiere, que en su corta vida había tenido un éxito extraordinario. El Festival del Musichiere tendrá solo dos ediciones a causa del trágico incidente durante la tercera jornada del Festival (21 agosto 1960) que provocará la muerte del popular presentador Mario Riva debido a una caída.

El 1962 es un año fundamental porque aparecen dos festivales dedicados al lanzamiento de nuevos cantantes. El Concurso nacional de voces nuevas para la canción de Castrocaro, más conocido como el Festival de CastroCaro, y el desconocido Festival de Ariccia, luego el Cantagiro.

El Castrocaro ya existía desde 1957 solo que en 1962 adquiere más eco, porque coincide con el paso de la organización a Gianni Ravera, se hace un acuerdo según el cual los dos primeros clasificados di CastroCaro tendrán acceso al festival de San Remo, regla no siempre respetada. Así del Festival de Castrocaro salen algunos nombres importantes de la canción italiana: Carmen Villani (1959), Gigliola Cinquetti (1963),Annarita Spinaci (1966), Elio Gandolfi (1968), Alice (1971), Michele Zarrillo (1979), Luca Barbarossa (1981), Zucchero (1981), Rosario Di Bella (1987), Silvia Salemi (1995). Teddy Reno, el cantante de música confidencial de éxito y caza-talentos, desde 1962 es el organizador del Festival de Ariccia de cuyo escenario emergen importantes cantantes y personajes del mundo del espectáculo como Enrico Montesano, Dino, Mario Zelinotti, I Rokes, Claudio Baglioni, Francesco Baccini y por supuesto la gran estrella yeyé de los 60 Rita Pavone, luego esposa de Teddy Reno.

También en 1962 se pone en marcha el que es el festival más popular de los años 60 y que tuvo nueve ediciones (1962-1970): el Cantagiro.

Las razones de su éxito están en su base. El organizador Ezio Radaelli inventó la idea de un festival que consistiera en una especie de vuelta ciclista, donde los artistas cantaban sobre coches y un gran público los seguía.

En cada sitio había una etapa por la tarde donde se daba un concierto, y entre el público se elegía un jurado que daba una puntuación a todos los concursantes mediante palas blancas y negras. El Festival se hacía en verano debido al clima y a que San Remo acaparaba la primavera.

Habrá una proliferación impresionante de festivales musicales en Italia, hasta registrarse entre 1959 y 1967, una media de noventa festivales al año con una cantidad de 119 en 1965.

Directamente ligado con el consumo de las canciones y la popularidad de los cantantes está el Festivalbar, nacido en 1964 e ideado por Vittorio Salvetti que decide utilizar como instrumento de selección los éxitos del juxebox, artefacto llegado a Italia en 1955.

La sencillez fue el secreto que determinó el lanzamiento y longevidad de sus ediciones – hasta hoy 35 – y si hoy se ha transformado en un espectáculo televisivo ha continuado a manteniendo la marcha de referencia de los años 60.

En 1964 nacen el Festival delle Rose y Il Disco per l’Estate. El primero será breve, con solo 4 ediciones, bloqueado por la competencia con San Remo. Más afortunado fue Il Disco per l’Estate, que con algunos altibajos llegó a nuestros días a través de los mensajes radiotelevisivos de los divos estivales del momento. Algunos ganadores son bastante recordados: Los Marcellos Ferial, Fred Bongusto, Jimmy Fontana, Riccardo Del Turco, Mino Reitano, Gianni Nazzaro, Nikki. Todos representantes típicos de una canción dedicada al más consumo directo e inmediato.

El tipo de canciones que proponen estos festivales son canciones fuertemente despersonalizadas porque se centran más en crear canciones que atraigan al público joven y que vendan que en una letra elaborada.

También desaparecen los antiguos valores culturales italianos como la familia y el trabajo que son sustituidos por los valores americanos que atraen a los jóvenes: éxito, belleza o juventud.

En los años 60 aparece por primera vez la figura del dj en Italia. Será el Club Piper situado en la via Tagliamento en Roma, una especie de garaje donde los jóvenes conocerán los hits del momento. También aparecen las primeras revistas revistas juveniles para fans de artistas y grupos musicales. Las primeras en aparecer en Italia son Ciao Amici y Giovani (1963), seguidas de Ciao 2001 y Big (1965). Estas revistas muestran la vida sentimental de los artistas, los nuevos modelos y estilos de vida, lanzando a la fama a cantantes como Rita Pavone o Gianni Morandi. Cada revista tenía un grupo de adeptos con un espacio reservado a ellos repartido por clubs en Italia donde socializaban y compartían gustos. Tendrán su alter ego radiofónico en Bandiera Gialla, exitosa transmisión de la RAI, que comenzará a emitirse el sábado 16 de octubre de 1965 a las 17,40 cuyo eslogan era “prohibida a los mayores de 18 años” para dar a entender que estaba orientado a los jóvenes. A partir de la segunda mitad de los años 60 Bandiera Gialla será el programa de referencia para los jóvenes a la hora de descubrir las novedades musicales del momento.

Al mismo tiempo en Italia entra una moda que se convierte en un estilo homogeneizante donde la minifalda, el pelo largo a lo Beatles, la ropa fantasiosa y poco convencional se convierten en el sello de la nueva cultura juvenil.

Después de la hazaña de Volare, las ventas registran niveles impresionantes de ventas de disco. El público que más consume en este momento son los jóvenes, quienes no sólo consumen canciones sino también merchandising. Esto hace que se cambie el 78 rpm, más pesado, por el ligero single en 33 rpm.

Aparece por primera desde Estados Unidos vez la figura del teenager, chavales entre 13 y 19 años que tienen más libertad y por consecuencia mayor poder económico.

El single era ideal para bailar, un entretenimiento muy popular entre los jóvenes, pasión que se transforma rápidamente en una fiebre también adoptada por América. Los nuevos bailes se cuentan por decenas y tienen nombres muy alocados: Harlem Suffle, limbo, swing, Wiggle Wobble, Boogaloo, shingaling, Funky broadway, frug, shake, hully gully y por supuesto el twist. Este último baile se vuelve muy popular entre los años 50 y 60 gracias a muchas canciones que se mueven entre estos ritmos como The Twist de Chubby Checker o Speedy Gonzales de Pat Boone.

San Remo deja de ser un festival un tanto estirado y abre las puertas al baile: en 1961 con el baile desatado de Adriano Celentano con Ventiquattromila baci y Little Tony, en 1963 con Il Twist giovane Giovane de Pino donaggio y Cocky Mazzetti y en 1964 con el hully gully del tema Quando vedrai la mia ragazza de Little Tony.

En este marco aparece el teen idol a la italiana, artistas cuyo divismo no se basan solo en la forma de cantar sino en sus características físicas. Jóvenes, aspecto agradable, vestimenta gustos similares a los de sus seguidores. Son mecanismos similares que habían funcionado en el extranjero con artistas como Richie Valens, Ricky Nelson, Pat Boone, Paul Anka o Elvis Presley. Desde este punto de vista el fenómeno mas relevante es la explosión en 1962 del éxito de Rita Pavone y Gianni Morandi. A pesar de ser gritones y naif obtienen un éxito extraordinario porque cantan las cosas que interesan a los jóvenes: el amor adolescente, el juego, la ingenuidad de los sentimientos. Su estilo mezcla estilos diversos, el grito melódico, el protesta y ye ye.

Leer biografía de Gianni Morandi


Los chicos de la playa: las canciones de verano italianas

Como en el resto del mundo aparecen las famosas canciones del verano. En Italia son populares los temas veraniegos que alcanzan gran éxito en su mayoría gracias a la colaboración de grandes productores y a los arreglos del gran compositor de bandas sonoras de películas del oeste Ennio Morricone.Este produce arreglos para los temas Guarda come dondolo (1962) y Abronzzatissima (1963) cantados por Edoardo Vianello, Sapore di sale (1963) que lanza a la fama al cantautor Gino Paoli, Il barattolo de Giani Meccia, Legata ad un granello di sabbia (1961) de Nico Fidenco, Estatede Burno Martino (1960), Marinade Marino Marini (1961), Saint Tropez Twist de Peppino di Capri (1962), Stessa spiaggia, stesso mare de Piero Focaccia (1963).

Los temas de estas canciones son los típicos veraniegos: juventud, playa, chicas, amores de verano. Sus intérpretes van desde el teen idol de música comercial hasta el cantautor de renombre.

Aunque fue un movimiento de poca duración merece la pena detenerse a escuchar los hermosos sonidos del verano italiano de aquellos años.

Para saber más lee mi artículo canciones de verano italianas de los años 60

También te dejo mi lista en Spotify de canciones de verano italianas

De urlatori a divos

En los 60 algunos de los urlatori de los años 50 no solo sobreviven sino que se consolidan como auténticos divos: Little Tony Quando vedrai la mia ragazza (1964) Un cuore matto (1967) , Tony Dallara, Betty Curtis, pero sobre todo Adriano Celentano que aparece como un auténtico showman televisivo además de protagonizar muchas películas musicales. Mina se transforma en la diva oficial italiana, con Il cielo in una stanza (1960), La città vuota (1963) aunque debido a un escándalo permanece un año fuera del mundo musical.

Ver el escandaloso romance de Minna Mazzini y Corrado Pani.

Los compositores y arreglistas estrella de los 60.

El primero de una larga lista de compositores de esta época empieza con Giulio Rapetti, más conocido como Mogol. Comienza muy a principios de los años 60 con temas como el célebre Al di là. Desde entonces compone un torrencial de canciones que se convierten en un éxito tras otro. Famosas son también canciones de verano italianas como Stessa spiaggia stesso mare, O mio Signore, L’esercito del surf, Prendi una matita, esta útlima la compone para Mina.

Más tarde se adentra en el beat italiano y el rock traduciendo temas de artistas anglosajones como los Mamas and Papas o Bob Dylan con temas como Sognando la California para I Dik Dik y firmando temas atemporales como Perdono para Caterina Caselli o Riderà para Little Tony.

A mitad de los 60 compone temas para Adriano Celentano haciendo los temas Ciao ragazzi, Grazie prego scusi, Il tangaccio, Una festa sui prati e Mondo in mi 7a.

Franco Migliaci, cuyos comienzos son como dibujante de cómics, actor, el cine o el teatro termina de forma triunfal entrando como compositor gracias al célebre Nel blu di pinto di blu que canta el famosísimo Domenico Modugno.

Le compone algunos temas más a Modugno como Pasqualino Maragià, Addio addio, Selene, Più sola, Io, Farfalle, cesando con este en 1960. Después lanza temas célebres como Quattro vestiti (Milva), Tintarella di luna (Mina), Il pullover y Pissi pissi bao bao (Meccia).

Pero sobre todo se convierte en un cazatalentos (figura en esa época totalmente nueva en la Italia de los años 60), escribiendo temas para los jóvenes cantantes Gianni Morandi (Andavo a cento all’ora, Fatti mandare dalla mamma…, In ginocchio da te, Non son degno di te, Se non avessi più te, Un mondo d’amore, C’era un ragazzo), Rita Pavone (Come te non c’è nessuno, Che mi importa del mondo, Pel di carota), Nada Malamina (Ma che freddo da, Il cuore è uno zingaro), Patty Pravo (La bambola) o Ricky Shayne (Uno dei Mods), y versiones de Paul Anka o Neil Sedaka.

Es aconsejable tener en cuenta además a los compositores Bixio Cherubini, Alfredo Bracchi, Mario Panzeri, autor de Italietta, o Nicola Salerno, más conocido como Nisa.

El argentino Luis Enríquez Bacalov comienza su labor de compositor y arreglista a finales de los años 50. Uno de los directores que dirige los inicios de Gino Paoli, Luigi Tenco o Domenico Modugno, firma temas junto a Sergio Endrigo. En los años 70 contribuye al desarrollo del rock progresivo y finalmente termina compaginando sus labores de compositor de bandas sonoras sin dejar su labor de productor musical y cazatalentos.

No hay que olvidar al gran Ennio Morricone, quien figura como arreglista de grandes éxitos de la música comercial italiana como Sapore di Sale de Gino Paoli, Il cielo in una stanza (composición de Gino Paoli y cantada por Mina). A principios de los años 60 es llamado por la discográfica RCA para colaborar como arreglista y contribuye aportando un sonido personal a temas de cantantes como Rita Pavone, Gianni Morandi, Gianni Mecia, Gino Paoli o Edoardo Vianello. Además innova experimentando añadiendo ruidos y efectos en sus arreglos, como el famoso bote rodando en la canción Il barattolo cantado por Gianni Mecia.

Además ha escrito algunos temas como Se telefonando para Mina o Domando prendo il primo treno para Paul Anka.

Más adelante es llamado por el director Sergio Leone con quien hará las bandas sonoras de los famosos Spaguetti Western (películas del Oeste de producción italiana).

Morricone ha sido desde entonces catalogado como el mejor músico y compositor italiano del siglo XX.

Después de largos años de carrera como compositor de bandas sonoras y cinco nominaciones fallidas, su labor por fin es recompensada con un Oscar por su contribución a la música para películas el 25 de febrero de 2007.

Se puede decir que Bacalov y Morricone han contribuido a dar al sonido de la música italiana el prestigio que tuvo en su época. Aún hoy, las nuevas generaciones son influenciados por estos.

Otro interesante compositor y arreglista fue Nino Rota, quien además de componer la famosa canción Parla più piano, de la banda sonora de El Padrino, compone en los años 60 temas como La pappa col pomodoro, Sei la mia mamma (con letras de Lina Wertmüller), L’amore ha detto addio, Canzone arrabbiata, Gelsomina. Se puede decir que Rota fue como una especie de Gershwin italiano que supo andar entre la música culta y la ligera, llegando a todos los públicos.

El surgimiento de nuevos divos y la consolidación de otros.

Algunos artistas de los años 50 se consolidan como Divos: Dalida, Ornella Vanoni y otros emergen. Tony Renis Quando, quando, quando (1962) Peppino di Capri Roberta (1963), Bobby Solo (llamado el Elvis italiano por su parecido aspecto y voz con el cantante de Memphis) con Una lacrima Sul Viso y Se piangi, se ridi (1964), Albano con Nel Sole (1967), Io di notte (1968), L’oro del mondo (1968), Don Backy , perteneciente al clan Celentano con l’immensità, Canzone, Sergio Endrigo con Canzone per te (1968), el soulman italiano Fausto Leali, con Portami tante rose, A qui (1967) Angeli neri (1968) , Massimo Ranieri con L’amore è una cosa meravigliosa (1966), Pietà per chi ti ama (1967), Da bambino (1968), Quando l’amore diventa poesia (1969), Milva, Orietta Berti con Non illuderti mai (1968), Iva Zannichi con Come ti vorrei (1964), La notte dell’addio (1967) Anna Identici con Una rosa da Vienna, Quando m’innamoro (1968), Taxi (1970), Il dirigibile (1971), Era bello il mio ragazzo (1972) e Mi sono chiesta tante volte (nel 1973), Carmen Villani que entra en el mundo musical participando en el Festival de Castro Caro en 1959 y más tarde canta los temas Sul banco di scuola, Jimmy, Tramonto in Canadà, Il campanello.

En 1964, una jovencita pueblerina de unos 16 años, consigue la hazaña de ganar en un mismo año el Festival de San Remo y Eurovision representando a Italia con el tema Non ho l’età. Esta jovencita, que nadie daba un duro por ella y todos auguraban que duraría poco en la escena músical se llamaba Gigliola Cinquetti y se convirtió en una auténtica estrella no solo en Italia sino en Europa y Latinoamérica.

También aparecen algunos otros que terminan cayendo en el olvido como Michele con temas como Dite a Laura che l’amo, Se mi vuoi lasciare, Ti ringrazio perché, Dopo i giorni dell’amore, Quando sei con me, Ti senti sola stasera que desaparece en los años 70 debido a que las discográficas no el dan oportunidad.

Si a finales de los años 50 aparecen los primeros musicarelli, en los años 60 cogen fuerza gracias a Ettore Maria Fizzarotti quien produce la mayoría de estos filmes donde los cantantes de moda promocionaban sus temas en medio de argumentos cursis y subrealistas.

A los largo de los años sesenta irrumpen en Italia cantantes extranjeros que tienen gran protagonismo en Italia. Petula Clark, Sandie Shaw, Gene Pitney, Richard Antony, Antoine, Alain Barrière, Françoise Hardy, Georges Moustaki, Adamo, Catherine Spaak, Michel Polnareff, Herbert Pagani.Son especialmente atrayentes los susurros de Françoise Hardy con Devi ritornare, È all’amore che penso, I sentimenti, Il pretesto, L’età dell’amore, La bilancia dell’amore, Parlami di te, Quelli della mia età y Catherine Spaak con Mes amis, mes copains, Perdono, Prima di te dopo di te, Non è niente que ponen de moda el susurro erótico como un estilo musical más de la época. La Hardy se convirtió en un símbolo sexual de la época y Catherine Spaak apareció protagonizando a una especie de Lolita a la italiana en el filme La voglia matta.

Otros cantantes extranjeros que también irrumpen en el panorama de la canción italiana son Petula Clark, Sandie Shaw, Gene Pitney, Richard Antony, Antoine, Alain Barrière, Georges Moustaki, Adamo, Michel Polnareff, Sylvie Vartan, y en parte también Johnny Halliday.

Roberto Carlos llega a finales de los 60 a Italia donde pone de moda la música brasileña y provocará que en los siguientes años los artistas brasileños sean muy queridos en el país con forma de bota.

La música yeye, rock , y el beat italiano.

Si bien durante los años 50 la corriente que prima en Italia es el rock de Estados Unidos y los ritmos de Latinoamérica, en los 60 los estilos reinantes son el beat y el yeyé provenientes de Inglaterra gracias a Los Beatles, y más adelante el de los grupos americanos influenciados a su vez por The Beatles.

En la corriente Yeyé tenemos a los adolescentes Gianni Morandi y Rita Pavone, además de la rubia Caterina Caselli.

En el año 1963 con la llegada del single de Los Beatles Please, please me, nacen los grupos beat. Estos grupos en un principio hacen versiones de temas anglosajones de famosos grupos como Los Kinks, Los Animals, Los Rolling y sobre todo Los Beatles, claramente con un objetivo comercial. Así tenemos a los grupos italianos más famosos: I Ribelli, I Fuggiaschi, I Satelliti, Equipe 84, Barrittas, New Dada, I Camaleonti, I Giganti, I Corvi, I Nomadi, I Dik Dik. También llegan grupos ingleses cuyo mercado ya estaba saturado en sus países, así que aprovechan el vacío del mercado italiano en cuanto a música beat. Entre algunos de estos grupos extranjeros encontramos a The Primitives, The Rokes, Dei Bad Boys, The Sorrows, The Ingoes, The Casuals, The Motowns, The Renegades. Ya a partir del 1964 Italia se llena de grupos beat formados por chavales que apenas saben tocar una guitarra. No hay joven que no tenga una guitarra. Los instrumentos estrella son la guitarra eléctrica distorsionada, alguna guitarra acústica, voces rudas, batería y un órgano a lo Hammond.

Estos grupos irrumpen en la escena nacional llegando a participar en festivales como Il Castrocaro, Il Cantagiro o el más importante de todos. El de San Remo.

Aunque al principio estos grupos no hacen más que imitar lo que viene de fuera, el momento culmen llega cuando los grupos maduran y desarrollan el estilo propio de música beat a la italiana. Entonces emergen grupos puramente italianos mezclando el sonido de fuera con la canción italiana. Grupos como I Camaleonti, I Giganti, I Ribelli, Equipe 84 o I Dik dik.

A parte de estos grupos, hay algunos solistas como Patty Pravo, Caterina Caselli, Ricky Maiocchi, Gian Pieretti, Maurizio Arcieri que se unen al rock-beat-yeyé.

Las formas de divismo se transforman en los años 60 de la Italia yeyé y aparecen divas del rock y el pop que no necesariamente poseen una gran belleza pero destacan por su rebeldía, valentía y poca vergüenza. Así aparecen Rita Pavone, Caterina Caselli o Patty Pravo. Estas dos últimas, directamente de la escena de la música beat italiana.

La Caselli inventa un nuevo estilo de cantar y moverse que imitarán los grupos y artistas de la escena del famoso beat italiano. Éxitos como Nessuno mi può giudicare, L’uomo d’oro, puoi farmi piangere, Cento giorni (1966), Sono bugiarda, Sole spento (1967), Il volto della vita (1968).

Patty Pravo a pesar de no tener la voz y el repertorio de Milva, Vanoni o la misma Mina, ha conseguido posicionarse como diva de la música italiana después de la posguerra, incluso mejor que Mina en algunos aspectos. Sus formas atrevidas, su libertad y su voz y su carga erótica fueron mal vistos por algunos críticos. Reina oficial del Club Piper de Roma (donde comenzó) salta a la fama por temas como Ragazzo triste (1966) o Qui e là (1967) y sobre todo La bambola (1968). Su personaje se mantuvo a lo largo de los años con gran éxito al nivel de los artistas internacionles más famosos.

A fines de los años 60 nace un estilo musical derivado del rock y la música de autor que comienza con el cantante del grupo beat I Ribelli y continúa con los grupos I New Trolls o Formula tre, cuyas influencias son el hard rock y la psicodelia americana e inglesa de los años 60 como Hendrix, Deep Purple, Vanila Fudge o Iron Butterfly. Son los inicios del rock progresivo.

Merece la pena escuchar el primer disco de I New Trolls Senza orario e senza bandiera, en colaboración con Fabrizio De André e Gianpiero Reverberi y Dies Irae, primer álbum, ya en 1970, de Formula Tre.

La música de autor se afianza

Si bien en los años 50 comienza a emerger el fenómeno de cantautor (cantantes que componían las canciones que ellos mismos cantaban), en los años 60 en Italia se afianza el género. Gino Paoli compone exitazos como Il cielo in una stanza que se hace mundialmente famosa gracias a la magnífica interpretación de Mina (1960), Senza fine que canta Ornella Vanoni en 1963 y su gran exitazo cantad por el que se convierte en una de las míticas canciones de verano italianas. Sapore di sale (1963).

Otro de los grandes es Pino Donaggio cuyos éxitos Come sinfonia (1961), Io che non vivo senza te (1965) con la que participa en San Remo ese mismo año, Una casa in cima al mondo (1966) se hacen mundialmente famosos no solo en Italia.

Franco Califano comienza en una discográfica componiendo hits para otros como La musica è finita, Una ragione di più, Amanti di valore, E la chiamano estate.

Al final de la década compone otros temas como Minuetto (per Mia Martini), Semo gente de borgata (i Vianella), Un grande amore e niente più (Peppino Di Capri).

Más tarde se propone como intérprete con los álbumes Secondo me l’amore, Tutto il resto è noia, La mia libertà, Impronte digitali, Coppia dove vai y a escribir para otros intérpretes con La nevicata del ‘56, presentada en el Festival di Sanremo del 1990 por Mia Martini.

A partir del mayo del 68 en Italia como en el resto del mundo, la música deja de tener un rol meramenta artístico o de entretenimiento para convertirse en una herramienta de rebelión política. Es así que durante este período tienen gran importancia en Italia los cantantes folk como Giovanna Marini, Paolo Pietrangeli, Ivan Della Mea. Así la canción Contessa tiene un gran éxito gracias a la difusión política y no a la discográfica. Durante unos diez años (lo que dura la moda de la rebelión política en los jóvenes) los cantantes folk tendrán gran éxito en todo el mundo y el desde la edición del 72 a las del 83 del Festival de San Remo, cuando dicho festival sufre de una crisis ya que los jóvenes se alejan de la TV y del mundo del espectáculo.

En el terreno del beat italiano el cantautor Francesco Guccini compone temas que harán famosos grupos como Equipe 84 o I Nomadi (Auschwitz, Per fare un uomo, Noi non ci saremo, Noi, Dio è morto, Canzone per un amica). Su carrera seguirá por varias décadas.

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Con esto finalizamos este interesante viaje por la Italia de los años 60, para sumergirnos en próximas entregas en los nuevos aires de los años 70.

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