Aunque actualmente muchas personas deciden grabar en casa (con lo cual hacen todos los roles ellos mismos), siempre conviene saber qué roles existen en el mundo de la producción musical, sobre todo si vamos a acudir a un estudio de grabación.

Productor musical: es el jefe de todo, como el equivalente al director de una obra de teatro. Él decidirá qué canciones se graban, la forma de ejecutarlas, la edición y postproducción, el estilo musical, En fin, dirige la producción. A veces es el que paga todo el proceso de la grabación de un disco.

Ingeniero de sonido: es quien se encarga de grabar, mezclar y masterizar una producción musical. También pueden ser técnicos de sonido pero se suele usar el término ingeniero de sonido. Es recomendable que se encargue del mastering alguien diferente al ingeniero de sonido que grabó y mezcló el proyecto. A veces productor musical e ingeniero de sonido son la misma persona.

Es importante que tanto el ingeniero como el productor musical sean bien elegidos. Para ello habrá que fijarse en si tienen habilidades para lidiar con músicos conflictivos, si tienen el talento para producir un buen disco, si tienen experiencia, si hay buen feeling con el equipo técnico y los intérpretes, y escuchar discos que hayan producido para ver si nos convence su forma de trabajar.

Arreglista: es quien se encarga de hacer los arreglos musicales. O sea, colocar los instrumentos, ritmos o voces ideales en cada canción. Tradicionalmente había una persona que se dedicaba expresamente a esta función, más hoy en día normalmente esta labor la hace el productor musical con la ayuda de los mismos intérpretes.

Músicos e intérpretes: es más importante tener músicos que toquen bien y tener un equipo mediocre, que al revés. Un buen músicos ahorrará mucho tiempo y dinero si es que estás invirtiendo en grabar en un estudio.